Me comenta hoy un amigo que el artículo publicado en Información el pasado domingo sobre Los aeropuertos, la estrategia territorial y los vuelos baratos ha caido bien entre algunos empresarios. Me alegro. Aparte de los excelentes posts de mis alumnos en la asignatura de Globalización (ver Innovación en la aviación mundial y globalización), lo cierto es que casi todos los días hay multitud de noticias en la prensa señalando el impacto de los vuelos baratos en ciudades, sectores, etc. Destaco sólo algunos que he leido recientemente:

  • Cinco días señala que el 13% de los españoles usa aerolíneas de vuelos baratos, lejos del Reino Unido, donde no sólo la cifra de usuarios casi triplica a la del resto de países, sino también se registra un mercado potencial del 58% de los consumidores.
  • El Correo Digital informa sobre el caso del pequeño aeropuerto de Vitoria, donde los vuelos baratos han disparado el tráfico de pasajeros en Foronda doblando el tráfico de pasajeros en un solo año.
  • O el Correo Gallego que recoge el siguiente titular: «Los vuelos baratos desbordaron Santiago de Compostela de turistas extranjeros»
  • Y por terminar.. el Diario Yucatán en México: «La guerra de vuelos baratos abre paso a nueva era en México».

El impacto territorial va a ser relevante. Aquellos aeropuertos y regiones que diseñen una estrategia activa que permita maximizar el número de conexiones, propiciarán efectos relevantes en su crecimiento económico, tal como sostenía en mi artículo.Vuelos baratos para universitariosRyanair llegó a ofrecer el año pasado vuelos baratos a ciudades inglesas y otros destinos europeos a 0,99 euros desde los aeropuertos españoles donde opera esta aerolínea irlandesa. Desde la Universidad de Bristol a la Universidad de Alicante en dos horas de vuelo por menos de 50 euros ida y vuelta es una tarifa posible con la compañía easyjet si se contrata con suficiente antelación y en periodos de escaso tráfico.Dado el coste actual de este tipo de vuelos y la posibilidad de planificar eventos universitarios fuera de los períodos de mayor tráfico aéreo y por tanto más baratos, el coste de este tipo de transporte sería una buena excusa para potenciar la movilidad universitaria de todo tipo. Por supuesto puede y debe favorecer programas de intercambio y movilidad europea tipo ERASMUS, programas de estancias cortas para intercambios de profesorado, etc.Pero estoy pensando en encuentros científicos, congresos, participación en programas de investigación con estancias cortas, etc. Lo que estoy señalando, en definitiva, es la posibilidad de pensar en la movilidad universitaria dentro del espacio europeo bajo el prisma de los reducidos costes del transporte aéreo que propician las compañías de bajo coste con los vuelos baratos. Si a ello se suma que muchas universidades tienen resuelto el problema del alojamiento a precios razonables, hay una buena razón para impulsar políticas de movilidad e intercambio.