En el título de mi post quizás más que Museo Thyssen, debería decir baronesa Thyssen y vicepresidenta vitalicia de la Fundación Thyssen-Bornemisza.

Alvaro Siza y su arquitectura

En los años que dediqué a la gestión, el arquitecto Alvaro Siza fue una de las personas que más me impresionó. Creo que el campus de la Universidad de Alicante es un buen ejemplo de convivencia de arquitecturas muy dispares y brillantes. Tuvimos la inmensa suerte de que concurrieran las mejores firmas tanto de arquitectos jóvenes como de grandes figuras de la arquitectura actual. Pero Siza fue único.

Sensible, modesto -casi diría humilde- reflexivo, analítico, curioso. La primera vez que estuve con Alvaro Siza fue durante todo un domingo, acompañado de compañeros de equipo y técnicos, intentando mostrarle nuestro proyecto de campus y convencerle de que aceptara trabajar para nuestra universidad. Fue una experiencia realmente grata e inolvidable debido a la pasión que mostraba por su trabajo.

El Rectorado de la Universidad de Alicante

El encargo era difícil. Se trataba de «encajar» el rectorado en la nueva y casi finalizada gran avenida de la Universidad y hacerlo «valer» dentro del protagonismo de edificios como la gran Biblioteca General, el frontal gran Aulario II, la antigua Torre de Vontrol, el viejo hangar… Recuerdo que paseó durante un par de horas, escuchó muy atentamente, preguntó al arquitecto de la Universidad, Luis Martínez, sobre materiales de la zona, detalles constructivos de viejos edificios… todo con enorme humildad y en un tono reflexivo, sin dejar de tomar apuntes.

El resultado final del edificio del Rectorado de la Universidad de Alicante, en mi opinión, es un ejercicio de integración inteligente, sencilla, sensible y creadora. Respetó e integró cada uno de los elementos ya existentes, incluso los más modestos. Hoy el Rectorado constituye una obra de referencia en la arquitectura actual y todo esto hecho con las restricciones presupuestarias que padecíamos por aquella época. Él las asumió sin protestar incluso diria con el entusiasmo de aquello que implicaba un nuevo y complejo reto.

Alvaro Siza, la reforma del Paseo del Prado, Museo Thyssen

Por esta razón me cuesta trabajo que el nombre de Alvaro Siza esté en una polémica de tintes «mediáticos rosa». Me imagino, conociéndole un poco, su perplejidad. Y es que España es así de sorprendente: la baronesa se rasga las vestiduras por unos árboles y, mientras tanto, en Marbella o en el litoral mediterráneo la especulación urbanística arrasa con todo, sin que nadie diga ni pío.

En todo caso, en España podríamos y deberíamos dar buenos argumentos en favor de una buena arquitectura. Siza por allí por donde pasa deja el sello inconfundible de una arquitectura magistral. Estoy convencido de que también lo conseguirá enla reforma del Paseo del Prado.

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