Con mucho pesar no pude asistir hace unos meses a la presentación del libro la «Espanya inacabada» (Publicacions Universitat de Valencia, 2006) debido a que coincidió con el inicio de una parte de mis clases en la UA, tras algunos años dedicado a otras actividades. Por otra parte, Joan Romero estuvo arropado por pesos pesados (y buenos amigos) como Gregorio Peces Barba, Tomás Vives, el Rector Paco Tomás y el muy entrañable para mi ex-rector Pedro Ruiz.

Ayer tuve la ocasión de asistir a una interesantísima conferencia de Joan Romero en Alicante con el título «Estado del bienestar y políticas públicas en un Estado compuesto»organizada por el profesor Salvador Salort y presidida por el Rector Ignacio Jiménez. Cuando llegué ya no había sitio en una Aula Vicens Vives de la Facultad de Económicas totalmente abarrotada y tuve que buscar una silla en uno de los despachos del Departamento. Otro día comentaré su diagnóstico, análisis y algunas de sus propuestas.

Ayer comprendí la enorme expectación que suscita la persona de Joan Romero. Y es que la visión y claridad de ideas del prof. Romero es poco común y desafortunamente no abunda en la política española. Es una triste realidad el hecho de que hoy no sobren recursos o capital político que lleve a la práctica una gestión con altura de miras. Me atrevería a decir que sorprende mucho que un persona de su talla e ideas no esté activo en la primerísima línea del gobierno de la nación española actualmente.

La España inacabada

Joan Romero, aparte de secretario general del PSPV-PSOE en la Comunidad Valenciana, fue secretario general técnico del Ministerio de Educación, diputado y portavoz de Educación en el Congreso de los Diputados y Conseller de Educación y Ciencia de la Generalitat Valenciana. De este última responsabilidad puedo opinar con un cierto conocimiento de causa. No en balde durante mi etapa de gestión en la Universidad de Alicante llegué a coincidir con siete consellers distintos.

En poco más de un año Joan Romero hizo por las universidades valencianas el equivalente a quince años de gestión universitaria autonómica, todo esto dentro de un marco de exigencia y eficiencia en todas las vertientes que fueron acometidas y que permitieron dar respiro a más de diez años de supervivencia de las propias universidades valencianas. Todavía hoy diría que se deja ver el enorme efecto de muchas de aquellas iniciativas. Su política universitaría marcó un antes y un después todavía hoy no superado por ninguno de sus antecesores o predecesores.

Ayer su conferencia sobre el Estado del Bienestar me hizo ver -aunque me consta que él no lo desea-, que Juan Romero es un gran activo político. De implantarse este tipo de discurso e ideas nos llevaría a una órbita política de mayor calado y altura. Me atrevería a señalar que dice muy poco en favor de la política y de los políticos actuales que una persona como él no esté en activo.

Y es que razones para reclamar eficacia y claridad de ideas en la política universitaria no faltan. Hace muy poco el Presidente de la CRUE Juan Vázquez declaraba en ABC, tras «dos años perdidos», una proclama que sonaba a desesperación (Juan Vázquez: «Ahora o nunca, ese es el auténtico dilema en la reforma de la ley de Universidades»).

Como universitario no me queda otra alternativa que decir que es una pena que la política educativa universitaria actual regional (incluyo a la mayor parte de las Comunidades Autónomas) 0 estatal no tenga la altura y amplitud de miras en unos momentos en los que las universidades están llamadas a ser los pilares de la sociedad del conocimiento.

Pues eso, Juan, la España inacabada. Un libro que estoy deseando leer.