Hoy domingo se publica un artículo en el diario Información con el título: «Cómo hacer un sitio web de una empresa». Tienen una reproducción en imagen en el dossier de prensa de la Universidad (aquí).
Las webs de la empresas como indicador de la sociedad de la información en España
Precisamente ayer sábado el diario El País recogía algunos datos sobre este tema a través de un estudio de red.es con el título: “La Sociedad de la Información en la Empresa. Retrospectiva 2002-2005”.
Al parecer, según la citada fuente, el 90% de las empresas españolas estarían conectadas a Internet, pero sólo el 50% tendría página web. Pero el problema quizás no sea que la mitad de las empresas españolas carezcan de páginas webs; el problema sería, en mi opinión, la calidad, cometido y alcance que tienen los sitios webs de las empresas en España. Creo que merecería la pena que se hicieran tesis doctorales en España sobre esta cuestión.
Siguiendo con el citado informe, el 60% de las empresas dispone de una red local, que sólo en el 10% son espacios inalámbricos. Tampoco es muy tranquilizador que sólo el 47,68% de los empleados utilice el PC (al menos una vez por semana) y que un poco más de la tercera parte, el 33,55%, acceda a Internet.
El mes de noviembre del año pasado tuve la oportunidad de escuchar a Pedro Solbes en las XXV Jornadas de Alicante sobre Economía Española. El vicepresidente segundo del gobierno dejó muy claro su diagnóstico sobre las razones de la pérdida de competitividad de las empresas españolas. No me voy a extender al respecto, pero alguna vez, sin embargo, este país tiene que superar la aplicación de la máxima «la mejor política industrial es la que no existe» instaurada un tanto dogmáticamente cuando Carlos Solchaga era ministro y eficientemente practicada por todos los ministros de industria desde entonces. Claro, y algunas cosas han cambiado bastante desde entonces.
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Ayer leímos tu artículo en el Información. Muy correcto. Y veraniego. 😉
Nosotros, en Trinamita, dividimos el proceso de diseño web en 4 fases:
1.Planificación
Escuchamos al cliente. Recopilamos la máxima información posible sobre su negocio y su mercado.
2. Diseño
Procuramos crear webs atractivas, fáciles de usar (KISS, como dices en el artículo), estándares y accesibles.
3. Producción
Convertimos los diseños a XHTML estructurado, semántico y accesible. Además de hojas de estilo CSS preparadas para móvil, PDA y PSP. No todo son pc en el mundo empresarial. Las salas de espera de los aeropuertos están llenas de ejecutivos con sus dispositivos móviles. También las aulas.
4. Lanzamiento
Revisamos el contenido, seleccionamos las palabras clave, subimos la web al servidor, y la damos de alta en los buscadores principales.
Os antecede un muy buen hacer. Todavía recuerdo cómo en plena euforia de las punto.com llegásteis a colocar en la prestigiosa revista Fortune a Crevillente. Aquello tuvo mucho mérito… Trinamita tiene un excelente método de diseño.
Yo añadiría una fase esencial al proceso que citas: una sobre formación a cuadros de la empresa para la producción, actualización y cambios en los contenidos; y quizás otra sobre innovación…
Si no involucras a la gente de la empresa, entonces es el diseñador el que debe involucrarse en la empresa (y no creo que eso sea muy aconsejable. En mi opinión la creación de una web es algo dinámico, uin proceso de ajustes continuos en el tiempo; de lo contrario, estará viva algún tiempo, tras el cual, morirá.
Interesante.
Cualquier empresario que empiece a pensar en vender online debería copiar-pegar esas líneas del comentario de Trinamita.
Coincido TOTALMENTE con el artículo de Pedreño. He visto cientos de páginas de empresas en flash, absolutamente invisibles en Internet. Páginas-tópico, absolutamente inservibles.. más allá del «ego» de hacerse una tarjeta de visita para la empresa. Vaya, en pocas palabras: un timo. Imaginemos una máquina de escribir (de las antiguas) que se acaba de inventar. Hay unos pocos que saben manejar la máquina de escribir… Van y muestran a los empresarios / empresas unas hojas muuuuuyyyyyyy bonitas escritas a máquina (el catálogo, una presentación de la empresa, dos cartas -tipo para los clientes, y unas pocas cosas más); se van, le dejan la máquina (que no saben usar) y les dicen que si quieren algo que vuelvan a contratarnos. Si se diera esta situación nos rasgaríamos las vestiduras ¿no?.
Pues esto es lo que está pasando con Internet… les dejamos la «máquina de escribir», sin enseñarles a utilizarla… Si las empresas, los departamentos, los empleados supieran sacarle partido a esa «máquina de escribir» que es Internet, realmente sería espectacular ¿no creen? Mucho más que si les diseñamos unas páginas y se las dejamos allí…
Hay personas que se complican la vida más de lo necesario: mucha usabilidad, mucho rollo… Una empresa es algo complejo que evoluciona, cambia, se redefine estratégicamente, responde a la competencia, debe vender captando la creación del cliente CON TODO LO QUE TENGA A SU ALCANCE… (incluidas «máquinas de escribir»).. dejemos de vender folios escritos a dos espacios, por favor.
Antes de abordar una página web se debe decidir lo que se desea hacer con ella esto determinará el trabajo a abordar, los esfuerzos y cambios internos a llevar a cabo, porque creo que los hay, y el resultado final.
Hay que ser consciente de que si se esperan resultados en términos de negocio de una página hay que trabajarla cada día y no caer en el error de incluir la estructura organizativa de la empresa pensando que esta única acción atraerá a los clientes, se debe pensar en términos de mercado, del segmento al que te quieres dirigir y conocer en profundidad los puntos clave del negocio para poder ir introduciendo poco a poco innovaciones, adaptándolas a la evolución del canal y que las mismas sean percibidas por los futuros clientes.
Estoy de acuerdo en que se deben evitar las páginas de grandes diseños poco prácticos y evitar que te las administren terceros, salvo que quieras ese servicio por comodidad o desconocimiento.
Un tema muy controvertido es el de compartir la información y el de la transparencia, no porque a mi ni me parezca nececesario que lo es, sino porque en general hay muy pocas organizaciones decididas a ello de un manera firme.
La irónica afirmación de Unamuno, «Inventen pues, ellos y nosotros aprovecharemos sus invenciones» extaído, del ensayo
«El pórtico del templo», que vulgarmente se le ha atribuido al pensador, con la frase: ¡Que inventen ellos!. Recuerda lamentablemente, a la máxima citada en el post «la mejor política industrial es la que no existe», si bien tanto en ésta, como en su aplicación por los sucesivos gobiernos, no atisbo ironía alguna, sino una triste realidad.