Un informe de Bruselas excluye a Alicante del Corredor del Mediterráneo
Desde luego, no es una buena noticia tras la que nos está cayendo encima en los últimos tiempos. Sin duda, haremos bien en presionar desde todos los ámbitos para que nos incluyan. Pero también deberíamos tomar nota sobre las razones que hay detrás de esta exclusión. De poco serviría que desde la burocracia o tecnocracia de Bruselas se nos admita finalmente por mor de la presión política, y sigamos “invisibles” para la inversión extranjera o los agentes económicos internacionales en general. Sería interesante que un tema de tanta trascendencia nos sirviera para hacer un poco de reflexión, o mejor todavía, de autocrítica.
Valencia no ha visto nunca clara una capitalidad fuerte al sur de la Comunidad.
Los políticos alicantinos han fracasado durante más de 30 años a la hora de convencer al “the establishment” valenciano que la estructura territorial óptima para la Comunidad Valenciana consistía en impulsar estratégicamente nuestro propio corredor mediterráneo regional. Todavía hoy desde Valencia, se sigue en el error de no concebir las “comarcas del sur” como lo que somos: la cuarta provincia española en PIB y en población. Y el coste de esto es que, tras muchos años de penuria inversora y de carencia de un modelo regional claro, en el sur de la Comunidad tenemos una estructura urbana equilibrada pero sin rango suficiente a escala europea.
Dicho de otra forma: no disponemos de infraestructuras a escala y un centro de servicios especializados en consonancia. Desde el poder valenciano se ha impulsado la macrocefalia de Valencia y se ha “coqueteado” con nuestros “reinos de taifas” (Alcoi, el Vinalopó, Orihuela, Benidorm, Torrevieja…) en detrimento de Alicante y Elche, los dos bastiones urbanos que hubieran permitido alcanzar un segundo centro de referencia europeo, además de Valencia capital. Ahora pagamos la factura. Bruselas ve a Valencia, pero no alcanza a ver nada más que pequeños reinos de taifas tras sobrepasar L´Horta.
El frustrado proyecto Elche – Alicante -en sus diferentes versiones- es significativo en sí mismo.
Mientras que el mercado proyectaba evidencias como el éxito del Parque Industrial del Mediteráneo, los servicios públicos y privados de ambas ciudades se concebían acordes para un rango urbano de ciudades pequeñas (Alicante y Elche por separado), alejados de la visibilidad que impone la escala europea. Sin forzar nada, por supuesto respetando autonomías, algún día la inteligencia política o la cordura social, tendría que imponerse al fanatismo o al espíritu futbolero. Es increíble que no haya habido espacio para hacer cosas conjuntamente. Ambas ciudades deberían haberse dado la mano en muchos temas durante estos últimos 30 años para decirle a Europa ¡eh estamos aquí!. Conocemos empresarios y profesionales de Elche que serían un lujo para el conjunto de la provincia de Alicante e incluso más allá.
La dispersión de esfuerzos de las diferentes Administraciones también es un tema para reflexionar.
Desde el Gobierno central tampoco se comprende a la cuarta provincia en población y PIB de España. Una infraestructura como el AVE llega algo tarde en términos comparativos. De la Casa del Mediterráneo, el proyecto emplemático de los últimos tiempos, mejor callar.
La OAMI, una pena que no hayamos sabido explotarla mucho más. En el Aeropuerto hemos hecho una inversión infraestructural e infrautilizada descomunal, sin embargo estamos lejos de consolidar lo más interesante: un hub de vuelos económicos, distribuidor del sur de Europa, que beneficie no sólo a Alicante sino también a Valencia, Murcia, Almeria, Albacete, etc. (algo que sí va a conseguir Málaga) y que sería fundamental para el propio “Corredor Mediterráneo”.
No basta con invertir mucho, hay que hacerlo eficientemente. El gobierno de España no tiene modelo para Alicante, le despista que no sea capitalidad de Comunidad Autónoma. Hay que huir de las improvisaciones y de una especie de “pedrea”que periódicamente nos toca cuando se acercan las elecciones y que al final se define en un mosaico variopinto e improvisado (OAMI, Casa Mediterráneo, al que se suma la Comunitat: Ciudad del Cine Volvo Ocean Race..etc.).
Alicante como capitalidad financiera: oportunidad esfumada.
Tampoco se ha hecho nada por preservar un centro financiero de entidad en el sureste, uniendo a las Cajas que se tenían que haber juntado antes de llegar a la situación actual. Fue un tema que se recogió en el Plan estratégico de la Cámara mucho antes de que el lobo enseñara las orejas… La improvisación y la pasividad fue la respuesta política, paradójicamente en unas entidades financieras gobernadas políticamente. Hoy la Comunidad Valenciana prácticamente ha perdido sus dos Cajas regionales. Murcia, ha perdido la mitad de su sistema financiero (la parte de la CAM) y se ha integrado en una estructura cuyo tamaño es inviable a medio plazo en el espacio financiero europeo.
La dispersión de inversiones públicas en turismo, servicios, infraestructuras, etc. viene a poner colofón al tema.
Ya lo he adelantado antes. Insisto, no hemos escuchado suficientemente a las fuerzas del mercado. El mercado no siempre acierta, así es. Pero fuera del mercado hay muchísimas probabilidades de equivocarnos. El ejemplo de Terra Mítica y similares creo que no deja lugar a muchas dudas. Algunas de las inversiones llevadas a cabo en los últimos años deberían haberse focalizado en apoyar el tejido económico de la provincia pensando en una escala europea. Había candidatos: el cluster de la salud, una oferta inmobiliaria y residencial diferenciada, un turismo de futuro, la creación de un espacio de las nuevas tecnologías que superara la mera alfabetización ciudadana y empresarial o una apuesta fuerte con las universidades para ser referencia en sectores de futuro. Poco de esto hemos visto.
California y Los Ángeles (vs Comunidad Valenciana, Valencia y las comarcas del sur)
California es lo que es en el mundo no sólo por la entidad de una urbe como Los Ángeles, Hollywood, o el Parque temático de Disney. Existe Carmel, San Francisco, el Silicon Valley, UC Berkeley y la Universidad de Stanford, entre otros referentes conocidos en todo el mundo (Ver California, turistas, conocimiento, capital humano..). Para completar nuestro puzle valenciano nos hace falta comprender qué es Europa y qué papel podemos y queremos desempeñar. Con Valencia capital y las comarcas del sur, el tema se queda bastante precario.
Creo que es fácil que desde Bruselas no se vea más allá de Valencia. Máxime cuando Valencia, insisto, tan sólo percibe las “comarcas del sur”. Los funcionarios de Bruselas no han hecho nada más que reflejar lo que se ve a escala europea. Nos guste o no. En el marco de la globalización el “to be or not to be” requiere actuar con políticas de una determinada dimensión. Si no se alcanza esa dimensión, sencillamente seremos “entrañables” para venir a veranear pero, lamentablemente, invisibles para muchas cosas más.