En el artículo Internet día a día, que publiqué en el Grupo EPI hace una semana, intentaba reflejar algunas de mis frustraciones como internauta derivadas del escaso interés que muestran algunas instituciones públicas en asimilar o poner en marcha sencillas innovaciones tecnológicas que permiten un mejor y mayor aprovechamiento de la información.
Te preguntas frecuentemente como las predicciones del tiempo, el BOE o todo tipo de convocatorias no son «sindicables» a través de RSS. Esta ausencia es todavía más palpable cuando todos los diarios de noticias o cualquier blog es «sindicable» (tal como trato de reflejar en la columna derecha de este blog incorporando las entradas de otros blogs).
¿Ministerio de Nuevas Tecnologías?
El Presidente del Gobierno ha dejado absolutamente claro su apuesta por la igualdad de género sin escatimar ministerios y gestos de la entidad de poner una mujer al frente de Defensa. Ese tipo de gestos no estarían mal en el entorno de las Nuevas Tecnologías. Me hubiera gustado estar en país cuyo Presidente del Gobierno, al tiempo que reafirmara su apoyo a la igualdad de género, también hubiera dejado claro su apuesta en torno a la Nuevas Tecnologías.
Ya va para doce años en los que estos temas no parecen estar entre las prioridades del Gobierno, ni en su agenda más inmediata. Habrá que esperar que énfasis pone un ministro inteligente y capacitado como Miguel Sebastián al frente de Industria y, especialmente, su apuesta en la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información -desligada de Telecomunicaciones- lo que en principio justifica toda una expectativa.
En todo caso al cabo de algunos años es cada vez más frecuente la sensación de que las Nuevas Tecnologías tirán del Gobierno y éste ve el tema como una pesada carga que le pesa y le desborda.
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Hola, Andrés! Cierto, el nivel que tenemos de internet es de Bien, pero no de notable o sobresaliente. Pero en resumen, los motivos son una mezcla de sector privado y de sector público en mi opinión:
1. Internet no se ha popularizado en España hasta que la banda ancha ha ido más allá de los 25 Kb/s del Adsl de hace sólo 5 años (mientras en UK o DE eran de 100 Kb/s por el precio que aquí tenía la conexión de teléfono, no ya el ADSL)
2. Esa popularización se ha debido al ahogo de Jazztel y la necesidad de crecer en clientes sí o sí, tomando el acceso a Internet como la base de su estrategia de captación. Daba igual si telefónica igualaba el precio y la velocidad, Jazztel la tenía que aumentar porque sencillamente estaba al borde de la desaparición. Al poco Ono se unía a la competencia y poco a poco presionaron a Telefónica (revendedor de todos los demás ADSL) que aumentó las velocidades, artificialmente bajas.
3. Hasta ese momento no ha habido una masa crítica suficiente de mercado interno. Sin un mercado interior que alimente las iniciativas en su zona de influencia más próxima (y de acceso más económico) difícilmente se puede salir al exterior.
4. Las iniciativas de internet donde más se me antoja que hay una presencia insuficiente es en la industria turística española. Somos una superpotencia mundial, pero son norteamericanos los que dominan los portales de reserva de hoteles, coches, aviones… Eso no es culpa de ningún gobierno, en mi opinión es que no hay una masa crítica suficiente de empresarios innovadores que inviertan (primero) y triunfen (segundo) para que sirvan de ejemplo para decenas/centenares de empresarios que puedan imitarles. Sin esa masa crítica, el común de los empresarios del sector no hacen nada porque se limitan a imitar la estrategia del líder.
5. España cultiva (y Alicante es buena muestra de ello) fundamentalmente la competencia en costes. Creemos poco en nuestros productos (sólo en la virtud de un precio más bajo), o no tenemos tradición de valorar nosotros mismos nuestros productos (no los compramos a menos que sean baratos). Por lo que sea, en España dominan estrategias competitivas de precio bajo, no de innovación
6. Pérdida de un imperio (declive de siglos), guerra civil, hambre… nuestra sociedad ha ido a peor desde que nos tocara la lotería del descubrimiento de América, dinero que malgastamos (nuestros dirigentes) como nuevos ricos, y no supimos invertir. El resultado es una sociedad temerosa, que valora el trabajo seguro, lo estable y teme el riesgo, sencillamente porque tras el riesgo queda el miedo atávico al hambre, derivado de generación tras generación y las calamidades heredades como memes, como vivencias, y como cultura subconsciente de nuestra sociedad.
6. Faltan historias de emprendedores nuestros, actuales, cercanos. Excelente trabajo el de Emprendedores TV, recogiendo testimonios de emprendedores directos, contando las dificultades y cómo se superaron, y con final feliz. Pero falta una cultura de reconocimiento al emprendedor. Sin embargo sí la hay al que se ha hecho promotor sin formación alguna y ha conseguido hacer cierta fortuna (invertida en cochazos y caprichos de nuevo rico). El enriquecimiento fácil, al sol que más calienta. No es que sea un perfil que no merezca cierta consideración, pero existe un importante desequilibrio con respecto otros perfiles que tienen en mayor estima el trabajo, la idea llevada a cabo, la motivación por hacer y crear, y el enriquecimiento como consecuencia, no como único objetivo.
Respecto a los dominios de internet, somos una sociedad tan atemorizada ante lo nuevo que no sólo somos los últimos en llegar al tren, sino que cuendo lo cogemos legislamos de la forma más férrea posible, como con la LSSI. Más allá de la protección implica costes y complejidad a las empresas, dificultades extra.
Y las dificultades para expresarnos y entender el inglés. La falta de costumbre de viajar fuera (hasta hace un puñado de años los españoles sólo viajábamos fuera para buscar trabajo, vendimiar y esas cosas). Y eso que somos una potencia turística. Eso suma para dejarnos demasiado encerrados en nosotros mismos, y con un mercado que no asume ningún riesgo en innovación sino que fundamentalmente imita las estrategias de otros, con un mercado interior pequeño, difícilmente crecen empresas que puedan ser competitivas en el exterior (porque la competencia en el mercado interior también es baja y las empresas no consiguen ingresos suficientes para poder dotarse de recursos y estrategias ma´s competitivas).
Ahora, que también opino que el modelo de Sillicon Valley tampoco me mola del todo. Como techie, hombre, me mola muchísimo. Pero es un culto al Get Rich or Die trying. Es la clave para que nazcan Googles, Youtubes y Yahoos o Microsofts, Apples etc. Pero en muchos casos los modelos de negocio se basan en nacer, captar Capital Riesgo y probar suerte, como en la lotería. Sin unos no existirían los otros, claro está, pero está muy enfocado en el pelotazo. No obtante, un mercado interior como el de USA, con 300 millones de habitantes, permite que una pequeña tienda online pueda facturar 1 millón de dólares al año sin despeinarse: los proveedores de productos offline entienden el canal y permiten comercializar sus productos vía web (en Europa es frecuente que muchas empresas no trabajen con distribuidores online, o incluso en europa no pero en USA sí), el transporte (algo titanico en USA) es económico y rápido (en España es caro y, bueno, si no es Correos suele ser razonablemente rápido pero de baja calidad en la entrega), consumidores que han comprendido las facilidades de la compra online y compran… en fin. Si Zappos triunfa como triunfa… (por cierto, con Capial riesgo de Sequoia Capital)…
En fin. Como comentas, nuestros dirigentes deben comenzar a hacer cosas de fondo reales, la educación es fundamental, pero también la educación en un modelo de emprendedor no como un enemigo o explotador, como sucede ahora, casi con lucha de clases de por medio. Y una cultura tecnológica no como capricho, sino como un must si queremos jugar duro en uno de los sectores de más influencia en toda la economía (porque internet afecta a todo, porque internet es fundamentalmente comunicación baratísima y a todo el mundo).
Se puede hacer mucho, y una sociedad con ‘internet en las venas’ (y en los móviles, donde tendríamos una gran oportunidad de recuperar tiempo perdido, si no se deja a las telefónicas explotarlo como un servicio de lujo) la innovación que produce seguro que se transmite a la población afectando positivamente modernizando sectores tradicionales. Ver que la tecnología está ahí, poder acceder a la información, etc ayuda a toda la economía.
Pero por ejemplo, para empezar internet en el móvil con tarifa plana accesible para el público debería ser un primer paso. Si no, estaremos en lo de siempre: tarde y mal.