Tras algunos años dedicado a labores de gestión universitaria -once en el rectorado- o a proyectos universitarios -cuatro en Universia– la vuelta plena a la docencia me ha proporcionado muy gratas satisfacciones.
Por señalar solamente una. La diversidad de nacionalidades en el aula. En la asignatura «Economía de la Globalización» (ver Globalización) me encuentro con estudiantes de Austria, Alemania, Italia, Holanda con raíces en Brasil, México y los Estados Unidos. Más de la mitad de los alumnos que asisten regularmente a clase no son españoles. He de señalar que me entusiasma la idea de tener una clase así.
Pienso además que las posibilidades son inmensas. Quizás no nos hemos planteado cómo aprovechar la multinacionalidad y multiculturalidad de nuestras aulas, la enorme capacidad de intercambio y de aprendizaje potencial que puede generar la riqueza de nacionalidades existente.
Hay que pensar sobre esto. En la experiencia docente de los blogs en mi asignatura (la he contado en parte en Los blogs y la universidad) he intentado aprovechar esta diversidad en debates muy diversos en los que la riqueza de planteamientos según origen podía ser realmente interesante. Volveré sobre este tema en más ocasiones.