Leo en El País un curioso reportaje sobre La Oreja de Van Gogh, con el título “Por Gmail ha pasado el disco de ‘Guapa’ pista por pista sin que nadie lo supiera”. Confieso que el título me llamó al atención. Aparte de que el grupo subrayara que internet era uno de los grandes inventos de la humanidad, algo que ciertos universitarios paracen no dispuestos a admitir tan fácilmente.

Cuentan cómo han llevado la grabación de su último disco «guapa». Cito textualmente:

«Por ejemplo, Haritz grababa las baterías en su casa, nos mandaba un archivo MP3 a todos a través de Gmail y cada uno lo montábamos con el secuenciador en casa, grabábamos lo nuestro y lo volvíamos a juntar”, explica Xabi San Martín, teclista de la banda donostiarra.

La revolución informática también ha influido de manera decisiva en el proceso de creación musical. San Martin recuerda que “antes se programaba en texto, en lenguaje hexadecimal y sonaba bastante mal. A día de hoy, con un PC cualquiera y el software adecuado tienes una capacidad de grabación bastante superior a la que tenía un estudio de los años 70”. Presenta como prueba irrefutable el último trabajo del quinteto, Más guapa: “Son todo bocetos y maquetas grabadas en casa con un PC y la mayoría suenan mejor que algunas canciones que hemos grabado en estudios de medio kilo al día”.

Y la verdad es que me pregunto que si los grupos musicales están ya haciendo lo que hacen, ¿Para cuándo las ediciones científicas de los universitarios utilizando recursos similares o técnicas equivalentes?

Música para olvidar…