En España se han vendido muchos inmuebles en los últimos años. Ese stocks de propietarios es un tesoro para la economía de nuestro país. Unos buenos servicios en este ámbito pueden representar el mejor marketing para nuestro sector inmobiliario.

En estos momentos se piensa en el stock de viviendas sin vender y poco en las vendidas. Un elemento estratégico de primer orden es reforzar la economía residencial.

Podríamos definir la economía residencial como el conjunto de servicios que demandan los propietarios de viviendas una vez adquirida su vivienda. La demanda potencial de estos servicios puede ser cuantitativamente interesante en términos de generación de empleo y riqueza para un país. Sin embargo, adolece de problemas de falta de calidad y es uno de los factores que genera incluso una mala imagen tras la postventa, repercuetiendo en un marketing negativo para la salida de nuestros stocks no vendidos y las futuras posibilidades de recuperación del sector.

La economía residencia y demanda inmobiliaría pueden interactuar positivamente entre sí. A mayor número de propietarios de viviendas contentos (ingleses, irlandeses, alemanes, rusos…), más demanda potencial inmobiliaria.