Ayer, se encargó de romper el optimismo de los mercados, ni más ni menos que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, «advirtió de que aunque la estabilización de los mercados financieros es necesaria, esta no será suficiente para garantizar la recuperación económica».

Esta «sesuda» afirmación la hace Bernanke tras un pánico internacional generalizado de los mercados en días previos, y una crisis de confianza reiterada por economistas como J. E. Stiglitz y Paul Krugman (y que sólo se resolvió un ajetreado fin de semana de los líderes políticos europeos y el plan inglés).

El caso es que Bernanke puede anotar en su activo haber llevado al principal índice de la Bolsa estadounidense a sufrir su segundo mayor descenso en puntos de la historia. Todo un récord curricular….

Dos reflexiones sobre el asunto Bernanke

  • A la luz de la noticia, mi reflexión de hoy (sin ser especialista en el tema y casi como ciudadano), me lleva a considerar si los economistas hemos formalizado bien el impacto en la expectativas económicas (en los consumidores, inversores….) y de cómo este tipo de declaraciones carcomen la confianza empresarial (y de otros agentes económicos). Si no lo hemos hecho en suficiente medida, desde luego tenemos una asignatura pendiente importante.
  • Si lo hemos hecho, parecería incompresible una salida como la de Bernanke. Entiendo su preocupación. Es la de todos los economistas, empresarios y ciudadanos que esperan precisamente que Bernanke (en la parte que le toca) y la Administraciones tomen cartas en el asunto más allá de ocuparse que el sistema financiero se derrumbe y del eco catastrofista que ha hecho mella en la población mundial.

Bueno, el caso es que declaraciones como las de Bernanke, contribuyen positivamente a deteriorar la situación económica. Thanks.

Me remito a las anteriores reflexiones: