Es uno de mis hobbies preferidos: conocer y leer casi todos los días algo sobre nanotecnología. Convencido de que representará una «segunda revolución industrial» según señaló, ya hace unos años anticipadamente, Charles Vest, ex-presidente del MIT.

Hace una década Internet sorprendía a las empresas españolas. Nuestro principal operador realizaba compras en el mercado por valor de 14.000 millones de dólares, para vender tres años más tarde por poco más de 100 millones. Y es que los economistas deberíamos familiarizarnos con la entidad de los «saltos tecnológicos», sus potenciales impactos, las mejores estrategias activas para asimilar e importar sus beneficios potenciales, los riesgos… Esto nos ayudaría a dar algún tipo de respuesta a la pregunta: ¿Qué debe hacer una empresa para afrontar un salto tecnológico de una entidad descomunal? Quizás de esta forma las empresas tengan una «partitura» propia y dejen de «tocar de oído», con los riesgos que esto puede comportar.

Todo esto viene a propósito de algunas noticias interesantes recogidas recientemente por la revista Technology Review del MIT, que ponen de relieve los avances en la investigación en Nanotecnología, plasmados ya en productos cercanos al consumo. Dispositivos -sensores para infartos, alzheimer, desalinización de agua, nuevos plásticos para atraer agua en zonas desérticas, energía, etc. etc.:

Quizás tengamos buenas razones para leer más sobre nanotecnología.Información anterior relacionada con nanotecnología: